En medio de una controversia persistente, Jeanine Áñez conmemora el cuarto aniversario de su asunción al poder en Bolivia, una toma de posición que muchos calificaron como resultado de un golpe de estado. Áñez afirma que su asunción fue legal, aunque carece de argumentos documentales sólidos para respaldar esta narrativa.
Durante su mandato hace cuatro años, Áñez enfrentó críticas por un gobierno que algunos describen como mediocre y lleno de racismo. Se destacaron cuestiones como los supuestos robos de Arturo Murillo y el polémico envío de armas a Bolivia desde Argentina y Ecuador. Además, se recuerda el escándalo del robo de respiradores, un incidente que marcó su administración.
En un reciente mensaje en Twitter, Áñez reafirmó su posición, recordando el caos político que condujo a su asunción. Asegura haber asumido la Presidencia del Senado y, posteriormente, la Presidencia de Bolivia por sucesión constitucional, en medio de renuncias en cadena y la supuesta orden de Evo Morales de dejar al país en manos de violentos y armados.
La ex senadora sostiene que, respaldada por el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia, pacificó el país, defendió la Constitución, llamó a elecciones y abogó por la democracia y la paz. Sin embargo, persisten las críticas y la falta de consenso sobre la legitimidad de su asunción al poder, lo que deja a Bolivia dividida en interpretaciones y opiniones sobre ese polémico episodio histórico.