«La Batalla por el Futuro de Bolivia: Enfrentamiento entre Exmandatarios y Líderes Actuales»
En Bolivia, se ha venido gestando una intensa lucha de poder durante los últimos meses, con el expresidente Evo Morales y su sucesor, Luis Arce, en el epicentro. Este enfrentamiento podría tener profundas implicaciones en las elecciones presidenciales previstas para el año 2025.
Morales vs. Arce: El Conflicto Continúa
Morales, quien gobernó Bolivia desde 2006 hasta 2019, ha anunciado su intención de postularse para un nuevo mandato, mientras que Luis Arce, quien fue ministro de Economía hasta 2017 y su sucesor en la presidencia, aún tiene dos años de mandato al frente del Movimiento al Socialismo (MAS).
Morales anunció su candidatura en medio de divisiones dentro del partido, con un congreso del MAS programado para el 3 de octubre, al que se espera que asistan principalmente sus seguidores, lo que refleja la profunda división interna.
El Conflicto se Intensifica
Morales justificó su candidatura argumentando que se sintió obligado ante lo que considera ataques del gobierno en su contra, incluyendo intentos de proscribir al MAS-IPSP (Movimiento al Socialismo – Instrumento por la Soberanía de los Pueblos) y procesos políticos que amenazan con eliminar al partido.
Sin embargo, Luis Arce participó recientemente en una reunión con el Pacto de Unidad, una coalición de cinco organizaciones sociales afiliadas al MAS, que anticipó su rechazo a los resultados del próximo congreso liderado por Morales como presidente del partido.
El gobierno, por su parte, ha sido acusado por Morales de intentar frenar su candidatura, lo que ha intensificado aún más las tensiones políticas en el país.
El Regreso de Morales y la Victoria de Arce
Evo Morales lideró Bolivia durante casi 14 años hasta que en 2019 dejó el país tras unas elecciones marcadas por acusaciones de fraude. Morales denunció un golpe de Estado con respaldo de Estados Unidos y se exilió.
Después de un gobierno interino de 11 meses, Luis Arce logró una victoria contundente en las elecciones de octubre de 2020, permitiendo el regreso de Morales. Sin embargo, este entusiasmo inicial dio paso a meses de tensiones.
1. La Autonomía de Presidente Arce
Tras las elecciones de 2020, Morales sintió que aún tenía influencia en el nuevo presidente y comenzó a exigir cambios en el gabinete. Arce escuchaba, pero no estaba dispuesto a ceder. Esto llevó a un enfrentamiento, con Arce defendiendo la permanencia de uno de sus ministros, Eduardo Del Castillo, como un acto de firmeza ante Morales.
La Asamblea sancionó a Del Castillo por acusaciones de tráfico de vehículos robados en Chile, lo que Arce vio como una traición por parte de los diputados vinculados a Morales. Mantener a Del Castillo en su cargo profundizó la división en el MAS.
Del Castillo ha sido un ministro enfrentado a la oposición constante por parte de los seguidores de Morales. Morales argumenta que su salida es necesaria «por el bien del presidente».
2. El Congreso Partido
El presidente Arce no cuenta con una mayoría sólida en el Congreso debido a las tensiones entre los líderes y la escisión en el MAS entre evistas y arcistas. Esta fractura ha llevado a que los parlamentarios afines a Morales busquen alianzas con la oposición para bloquear las decisiones del Ejecutivo y censurar ministros, lo que ha generado incomodidad en el gobierno de Arce.
El debilitamiento del poder presidencial ha suscitado preocupaciones sobre la gobernabilidad y la capacidad de Arce para avanzar con su agenda política.
3. La Disputa de los Campesinos
La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), una parte importante del MAS, se ha dividido en dos facciones enfrentadas. Esta división no solo refleja diferencias ideológicas o programáticas, sino que se centra en la cuestión del liderazgo dentro del partido.
La Csutcb es un componente esencial del MAS, y la lucha por su dirección muestra la magnitud del conflicto interno en el partido.
¿Qué depara el Futuro de Bolivia?
El próximo congreso del MAS en octubre será un indicador importante de cómo se organizará el partido de gobierno. El Tribunal Superior Electoral y el Tribunal Constitucional jugarán un papel fundamental en la resolución de las disputas políticas.
La incertidumbre política en Bolivia se mantiene, y el país enfrenta un futuro político incierto mientras las distintas facciones del MAS luchan por el control del partido más grande de Bolivia.